Hablamos con Icíar Zaurín, alumna de segundo de bachillerato de Alborada
¿Por qué eligieron este colegio tus padres para ti?
Sin ninguna duda mis padres eligieron este colegio por su proyecto educativo basado en valores y en la individualización de la educación. Ante todo, los alumnos somos personas: únicas e irrepetibles.
Estás estudiando 2º Bachillerato, te queda poco tiempo de ser alumna de Alborada, ¿cómo va a ser tu recuerdo del centro?
En este centro he vivido unos años maravillosos que ante todo recordaré con cariño. Me llevo un recuerdo de haber crecido en Alborada, no solo académicamente sino como persona sobre todo. Este colegio me ha inculcado valores que me voy a llevar de por vida. Pero yo diría que el recuerdo más notable es el de sentirte parte del colegio, sentir que formas parte de él.
¿Te has sentido alguna vez discriminada en el colegio por el hecho de ser mujer?
No. Nunca. No existe discriminación de tal tipo.
En clase estáis chicos y chicas ¿Existe alguna diferencia, por parte de los profesores?
Los profesores nos tratan diferente pero no atendiendo a si somos hombres o mujeres. Cada alumno tiene unas necesidades y cada uno reclama ayuda de diferente tipo. Cuando uno necesita una ayuda extra del profesor para aprobar, otro necesita que el profesor le motive para dar lo mejor de sí mismo. Tratarnos acorde a nuestras necesidades es esencial para que cada uno saque su potencial, pero -y he de recalcar esto para que quede claro- jamás se hace por que uno sea mujer u hombre.
¿Cuál crees que es el papel de la mujer en esta sociedad?
El papel de la mujer en esta sociedad es el que cada una quiera desempeñar. Por fortuna en nuestra sociedad mujeres y hombres vivimos en igualdad y en igualdad de oportunidades. Pero si lo analizamos desde el conjunto, sinceramente pienso que nuestro papel es el de reafirmar que esas cosas que nos definen como mujeres no nos hacen inferiores a nadie sino mujeres.
Crees que Alborada, debería mejorar en algún aspecto, el trato de la mujer ¿Se educa en igualdad?
Siempre hay algo en lo que mejorar. Y más que en igualdad yo diría que se educa en el respeto. En el respeto a las personas por encima de todo. Se parte de la base de que somos diferentes y de que eso nos hace complementarios. De ahí nace la verdadera igualdad, hay que comprender que somos diferentes.