EDUCACIÓN
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PALABRAS RECONOCIMIENTO CECE (08/06/2022)
Buenas tardes a todos.
Queremos agradecer a CECE este Reconocimiento de formación en valores a través de la música que ha hecho al colegio Alborada.
Me gusta especialmente esta frase “La música es comunicación en su forma más pura” del músico británico Matt Bellamy.
Dos personas pueden no compartir el mismo idioma, incluso pueden ser de puntos muy alejados del globo terráqueo pero si tienen delante una partitura y saben interpretarla, rápidamente entrarán en sintonía, sus almas se unirán y empezarán a hablar un idioma universal llamado música: se comunicarán de una forma singular y profunda.
Podemos decir que nuestro colegio ha hecho suya esta afirmación y ha querido que la música tenga un papel protagonista en nuestro día a día.
El colegio Alborada, que nace en septiembre de 2009, siempre ha dado mucha importancia a la formación en este arte. Al poco tiempo de abrir, nació la Escuela de Música donde los alumnos pueden aprender a tocar distintos instrumentos (violín, piano, guitarra,…) además de lenguaje musical. Y casi también desde el principio nacen dos coros de alumnos (uno de primaria y otro de secundaria y bachillerato).
Los coros de nuestro colegio acompañan a este en diversos momentos de la vida académica: celebraciones, graduaciones, festivales. Además de participar en distintos concursos y actos de la ciudad. El participar en un coro es una fuente inagotable de formación en valores y de beneficios, paso a enumerar algunos de ellos: mejora la capacidad de trabajar en equipo (no soy nada sin el otro), el nivel de concentración, la constancia en el trabajo (me aprendo poco a poco las canciones), el trabajo bien hecho y hasta el final (lo que se empieza se termina), el control de la respiración, el conocimiento de diferentes culturas e idiomas (ya que no solo cantamos en castellano, sino en inglés, alemán, italiano, latín, zulú, francés, portugués, finlandés,…) así como el aprender a convivir con compañeros de distintas edades ya que al ser una actividad vertical, se junta alumnado de todos los cursos de una etapa. En este sentido se parece más a una familia en la que hay miembros de distintas edades, que a un aula en la que convives con tus iguales en edad.
Los coralistas realizan enormes esfuerzos a lo largo del curso como por ejemplo ensayos durante horas extra fuera del horario escolar, encuentros intensivos los fines de semana, pero toda esta tarea la llevan a cabo siempre de buen agrado, y a veces con una grata recompensa como el reconocimiento que esta tarde nos ha convocado aquí o la final en la que dentro de una semana participaremos en el Auditorio Nacional. Otras veces nos toca actuar en la sombra, siendo como un sonido de fondo, apenas visible. Pero tanto unos momentos como los otros, los disfrutamos muchísimo, ya que hacer música, es algo maravilloso en sí mismo.
Para finalizar, queremos reiterar nuestro agradecimiento a CECE y a la Universidad Villanueva este caluroso recibimiento y también queremos animar a todos los colegios a que, si todavía no lo tienen, formen un coro escolar.
Muchísimas gracias, de verdad.
Julieta Romeo
El pasado 24 de marzo pusimos “toda la carne en el asador”. Después de más de un año ensayando, compás a compás cada una de las piezas del concurso, de desafiar al frío cantando con mascarilla y aulas bien fresquitas y ventiladas, de grabar audios para un mejor seguimiento de los avances,… los alumnos de ESO-BACH van a cantar en el XVII Certamen de Coros Escolares de la CAM.
No sabemos qué pasará, si llegaremos a la final o no. Pero estamos convencidos de que vamos a disfrutar con esa grabación en la iglesia de Santa María, que tan generosamente nos cedió su párroco D. Juan Miguel Prim.
Y es que cuando uno se pone a pensar en las bondades de esta actividad, la mente se acelera y como si de un soliloquio teatral se tratase, los pensamientos fluyen de esta manera…
“Controlar la respiración. La pronunciación de las palabras. Musicalidad interior y exterior. Silencio que nos prepara para la música. Trabajo en equipo. Escucho a los demás. No soy nada sin el otro. Esfuerzo diario y continuo para lograr que esa melodía, endiablada llena de sostenidos se meta en mi cabeza y genere una armonía con las otras voces. Control de los nervios. Postura correcta. Emisión y dosificación del aire. Bilingüismo o más bien “poliglotismo”, porque las piezas que interpretamos están en tantísimos idiomas: inglés, alemán, latín, swahili, italiano, …
¡¡Mamá, papá, gracias por dejarme cantar en un coro!! Gracias por traerme sábados, domingos, mañanas, tardes e incluso noches. Gracias por “aguantar” esos primeros compases desafinados que salen de mis labios, esas melodías por voces separadas que requieren de una gran fe el pensar que, de ahí, de eso, puede algún día sonar algo coherente. Gracias por no asustaros cuando me veis aguantando la respiración al ritmo de un metrónomo o con un vaso lleno de agua y una pajita haciendo unos ejercicios incomprensibles.
Alborada, gracias por fomentar el amor a la música coral”
Les deseamos lo mejor a estos chicos que tantos años llevan enriqueciendo las celebraciones del colegio con sus voces. Julieta Romeo