EDUCACIÓN
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La semana pasada, al caminar por los pasillos del colegio uno podía escuchar las melodías más variadas interpretadas al piano: tan pronto el pop Tears in Heaven, como el barroco temprano del Exultate Domino, como el jazz de Smile, o los aires africanos de Noyana, los inconfundibles acordes gospel del Hail Holy Queen,…
Autoría: Julieta Romeo
16 de febrero del 2023
3 min de lectura
Esto se debe a que hemos tenido el privilegio de tener entre nosotros al maestro Thomas Pulker, profesor de música y director de coros austríaco.
Con él hemos aprendido nuevos ejercicios de calentamiento vocal, canciones y distintas formas de montar las piezas musicales. El trabajo de Thomas durante estos días ha abarcado distintos niveles: coro de secundaria, coro de primaria y distintas clases de música de secundaria.
También ha visitado alguna clase de alemán y ha podido conversar con los alumnos. Su paso por el colegio ha sido un regalo en términos musicales.
Su amor por el trabajo bien hecho, por la música (“como fin en sí misma”, como a él le gusta repetir) y su amplio conocimiento de la voz en edades comprendidas entre los 12 y los 18 años nos ha servido para aprender muchas cosas: desde valores básicos como son la constancia, el esfuerzo, el saber sobreponerse a las dificultades hasta conocimientos más específicos de las características de las voces en plena muda. Nos ha enseñado una rutina de calentamiento para las voces especialmente acorde a las características de nuestros coros, además de dirigirnos varios ensayos.
En las clases de música de secundaria ha trabajado diversas canciones. Primero explicando la letra y el mensaje que esta encierra y después enseñando compás a compás cada frase de la canción para después montar la canción completa.
Damos las gracias a Thomas desde aquí, por todo su tiempo dedicado tan gustosamente a nuestro coro y a nuestro colegio. También le queremos agradecer su forma de concebir e inculcar la música, casi como una prolongación del ser.
¡Vuelve pronto, Thomas!
