Hablamos con Rodrigo Vázquez, alumni de Alborada, con motivo haber recibido el pasado 17 de mayo en el Auditorio del WANDA-Metropolitano, el Premio de la Caja de Ingenieros-UPM, por ser el mejor expediente del Primer Curso en los estudios de Grado en Ingeniería Civil y Territorial del curso 2020/2021,
¿Qué porcentaje del premio que has recibido tiene tú familia, Alborada y tú propio esfuerzo?
Es muy difícil dar una cifra. Desde luego, trabajando con otros compañeros en la universidad me he dado cuenta de que la formación que traía del colegio era muy buena. En ningún momento, ni mucho menos, he notado que me faltasen conocimientos previos que el profesor diese por supuestos. Y esto no se debe a otra cosa que al bachillerato en el colegio. Sin embargo, yo diría que esto supone un porcentaje menor respecto al esfuerzo diario, al que valoraría alrededor del 70%. Pero me explico: la familia y el colegio, si bien no creo que hayan repercutido directamente en la obtención del premio, si han jugado un papel vital. Son los ambientes donde se me ha forjado como persona y estudiante. En ellos se me ha formado en la cultura del esfuerzo y el trabajo bien hecho.
En definitiva, si bien el premio, considero, se debe esencialmente al esfuerzo y trabajo diario, la capacidad para ello la he desarrollado gracias a mi familia y al Alborada.
¿Cuál es el método que sigues para la obtención esté premio?
Sinceramente ninguno en concreto. Intento llevar el estudio con la máxima paz posible, sin presionarme por conseguir buenas notas, únicamente intentando dar lo mejor ofreciéndolo.
Quizá el secreto pueda estar en dar un valor importante también a los ratos de descanso, procurando desconectar para luego volver al trabajo con la menor fatiga posible.
Eso no quita que le dedique horas al estudio diario. Ha sido ahora en la universidad cuando verdaderamente me he dado cuenta de la importancia de llevar las asignaturas al día.
¿Haces deporte, sales con los amigos, tienes más actividades? ¿Cómo te organizas el día?
¡Por supuesto! Además, todos estos momentos externos al estudio no solo me gustan, sino que me parecen fundamentales. Hay que despejar la cabeza para poder centrarse en el estudio cuando toca.
La organización del día este año me ha supuesto un reto. Después de 15 años yendo a clase por la mañana, el cambio al horario de tarde me resultó difícil de tragar en un inicio. El día parece más corto y es complicado acabarlo con sensación de haber hecho todo lo que se tenía planeado. Lo que hago es lo siguiente: me levanto a la hora a la que lo hace mi hermano para ir al colegio. Me pongo a estudiar un par de horas y a mediodía voy a hacer algo de deporte, aunque por falta de tiempo menos del que me gustaría. Después de ello como, algo pronto, y cojo el tren para ir a la universidad. A la que llego a casa por la noche procuro no hacer nada de clase para despejarme y relajarme un poco.
¿Cuá es tu diversión preferida?
La verdad es que no tengo ningún gran hobby, dependo un poco del momento. A pesar de que lo practico poco, disfruto especialmente haciendo deporte, sobre todo si es en compañía. Otra de las actividades a las que recurro en mi tiempo libre es la lectura, a la que le cogido aún más gusto en los viajes de tren.
¿Tienes algún papel importante la fe cristiana para ti?
Bastante. Me he criado en una familia católica, formando parte de una parroquia y estudiando en un colegio cristiano.
La fe forma una parte fundamental de mi vida diaria y especialmente del estudio. O eso intento.
Estuviste en Alborada desde niño, ¿Has tenido libertad para tomar tus propias decisiones?
Por supuesto. Es más, siempre he podido acudir a los profesores en búsqueda de consejo cada vez que he tenido que tomar alguna decisión algo más importante de lo habitual, como puede ser el lugar en el que realizar 4º ESO + empresa, el itinerario de bachillerato o la propia carrera. Visto ya con algo de perspectiva puedo decir que además esos consejos siempre han sido para bien. Recuerdo con especial agradecimiento una conversación con un profesor sobre si escoger dibujo técnico o biología para bachillerato. Gracias a ese día ahora puedo decir que esta fue una de mis asignaturas favoritas.
¿Cuéntanos una anécdota que recuerdes de tus años en el colegio?
La primera que se me viene a la cabeza y que mis amigos me recuerdan siempre que tienen la oportunidad es cuando tiré una mesa en clase. Resulta que me enfadé con un amigo y, con rabia, empujé la silla contra la mesa, con la mala suerte de que la mochila, llena de cuadernos, estaba colgada de la silla. Total, que la silla con la mochila se llevó la mesa por delante. Bueno, a mis amigos no les sirve la explicación y aún hacen risas de ese día.
Tengo entendido que tuviste algunas dudas a la hora de elegir tus estudios ¿Por qué te decidiste por Ingeniería Civil?
En los años de la ESO siempre decía que quería estudiar físicas o una ingeniería, pero nunca sabía especificar qué ingeniería. Al final, a esa edad, las que se me venían a la cabeza con mayor facilidad eran las de telecomunicaciones, industriales o aeronáutica, pero ninguna me llamaba especialmente la atención. Recuerdo un día en primero de bachillerato volviendo a casa en coche y dándole vueltas a este asunto. Vi entonces una salida de la autovía algo compleja, con un pequeño puente, varias ramificaciones… y me pareció espectacular. Entonces caí en que existía la ingeniería de caminos, alguien tenía que diseñar esas cosas.
A partir de ahí me fui informando sobre esta ingeniería y me fui dando cuenta de que juntaba mis dos asignaturas favoritas: física y dibujo técnico. Además, cada vez veía más claro que la parte que más me gustaba de la física era la mecánica más clásica, que es la que al fin y al cabo se aplica en mi carrera.
Aun así, no lo tenía nada claro, al fin y al cabo, física era la carrera que llevaba queriendo estudiar desde los 13 años, y me daba pena desecharla en el último momento. Tampoco ayudaba el hecho de que cuando dijese que quería estudiar caminos una de las primeras reacciones de la gente fuese: “¿y ya hay trabajo de eso? Pero si en España ya están todas las carreteras hechas”.
En todo caso, ahora estoy muy contento con la elección que hice, no paro de descubrir salidas nuevas para la ingeniería de caminos y cada vez me gustan más. Eso no quita que la universidad tenga sus más y sus menos. Pero como digo, en líneas generales estoy muy orgulloso de la elección.
¿Cómo buen ingeniero que tienes planeado para tú futuro profesional?
Sinceramente no lo tengo nada claro. En cuanto acabe la carrera tengo pensado hacer el máster habilitante para poder ejercer como ingeniero de caminos, canales y puertos. Una vez terminado, en principio me gustaría trabajar en alguna empresa privada, con grandes proyectos. Pero la ingeniería de caminos recoge especialidades muy distintas: organización de medios de transporte, desarrollo de obras lineales (carreteras, vías de tren…), ingeniería hidráulica, cálculo de estructuras… Me atraen mucho todas las opciones y no me atrevo a decir por qué me decantaré.